Makiko una japonesa que vive en España , pidió a través de su blog hacer 1000 grullas de papel para enviarlas a su correo, porque en Japón se hacen mil grullas para ver realizado un deseo. Makiko como muchos otros japoneses y otros ciudadanos del mundo hemos sido tocados por el pasado temblor en Japón.
Aún cuándo yo me pregunto qué seguirá pasando en Haití que también sufrió un gravísimo temblor y que aún no se ha recuperado. O me impresione por las 55 plantas nucleares que existen en Japón, gracias al temblor sabemos de su existencia, volvemos a escuchar los cuestionamientos que hacen los ciudadanos a los gobiernos en otros países por el uso de la energía nuclear y sus siempre trágicas consecuencias, qué quizá no son tan sorpresivas. También , ahora qué se habla de Japón en los medios, escuché que se hacen 250, 000 coches al día, los japoneses producen 1, 000 000 de coches que llegan a los mercados del mundo entero, y yo me imagino si con la sabiduría y la tecnología de Japón, no sería genial, diseñar vehículos que no consuman combustible fósil, es decir, si en lugar de hacer automóviles, hicieran bicicletas y otros vehículos para transportar carga y personas, pero movidos a través de energía propia, como pedalear. Son de esas cosas que me imagino, un poco locas, porque tendrían que estar de acuerdo los gobiernos, los ciudadanos, las empresas, y qué sin duda transformarían el mundo y la manera en la que pensamos qué es la vida.
Mientras tanto, hago eco de la petición de Makiko y después de un buen rato de intentarlo he hecho mi grulla. Pienso entonces en esa imagen casi mítica de los japoneses haciendo origami, doblando papel, haciendo formas un tanto extrañas para mí y quizá a veces para occidente, entonces busco y leo que la grulla hecha con papel es un símbolo de buenos sentimientos y deseos de larga vida, así mientras me siento contenta de ver terminada mi grulla, miro fotos de otras personas que han hecho la suya, pienso en como Japón es una vez más noticia, como en su momento Nueva Orleans, Haití, Chile, noticia porque hay una desgracia que contar. Sin embargo el intercambio cultural sucede, un poco raro, porque sucede a través de medios virtuales pero aún así, humano, solidario, entusiasta y sin duda egoico, pues aquí me tienen buscándo el número otorgado a mi grulla para posteárselos aquí, para entusiasmarles y qué se animen a hacer la suya.
Pensando también qué podría sugerir, para intentar desde aquí dónde estoy hacer algo para manifestar la violencia, la falta de una educación pública comprometida, el poco reconocimiento del arte y de la cultura, lo difícil qué es vivir en México, dónde el trabajo es mal pagado, dónde no hay oportunidad de vivir trabajando en lo que uno ama.
Pensando también qué podría sugerir, para intentar desde aquí dónde estoy hacer algo para manifestar la violencia, la falta de una educación pública comprometida, el poco reconocimiento del arte y de la cultura, lo difícil qué es vivir en México, dónde el trabajo es mal pagado, dónde no hay oportunidad de vivir trabajando en lo que uno ama.
